jueves, 30 de junio de 2011

¿Autoridad versus Libertad?




Creo que en nuestros días se suele considerar la autoridad como algo negativo, como algo que viene a coartar nuestra libertad, a quitarnos algo. Pero pienso que eso se debe a otro fenómeno muy actual que es el de atribuir a las palabras un significado casi arbitrario ("tal cosa para mí significa tal otra"), sin preocuparnos de qué es lo que objetivamente quiere decir.
Para aclarar un poquito el significado de "autoridad" les dejo un pequeño texto de Antonio Rivero. También sería bueno que leyeran el texto de Platón que subí hace algún tiempo sobre este tema.

"Autoridad….

La palabra autoridad viene del latín auctoritas, que significa garantía, prestigio, influencia. Deriva de auctor, el que da valor, el responsable, modelo, maestro; que a su vez se relaciona con el verbo augeo, acrecentar, desarrollar, robustecer, dar vigor, hacer prosperar. Entonces, autoridad viene de auctor y auctor es el que tiene poder para hacer crecer.
Por lo tanto, los padres son verdadera autoridad para sus hijos no en la medida en que los «mandan», sino en la medida en que son sus autores, por haberles dado la vida y, luego, porque los ayudan a crecer física, moral y espiritualmente. La autoridad está en ayudar a los hijos a desarrollarse como personas, enseñándoles a hacer uso de la libertad, capacitándolos para tomar decisiones por sí mismos y mostrándoles por cuáles valores hay que optar en la vida.

…y su pareja: libertad

La autoridad debe estar al servicio de la libertad, para apoyarla, estimularla y protegerla a lo largo de su proceso de maduración. Apoyar y estimular implica la madurez de los padres que descubren que el hijo es persona, por lo tanto distinto de los padres y que, en la medida en que ejerzan su libertad, irán tejiendo su propia realización personal. Protegerla en el proceso de maduración, significa que el hijo aún no está capacitado para caminar solo por la vida.
Hoy, tal vez, sea una de las mayores fallas de los padres. No existe una verdadera protección de la libertad del hijo. Cada vez se desentienden más de los pasos y opciones de los hijos. Los padres están claudicando muy temprano en la protección de la libertad del hijo. ¿Causas? No saber cómo hacer, el desentenderse porque es más fácil, el querer ser padres «modernos».
No proteger la libertad del hijo es arriesgar el proceso de maduración y, tal vez, conducir a una vida en la cual queden muy comprometidas la felicidad y la realización de aquel que se dice quererlo mucho. ¿Se lo querrá tanto si no se protege el uso de su libertad?

No nos extraviemos en falsos dilemas: autoridad y libertad van unidos, ambos son necesarios para la formación de los seres humanos. Sólo de la conjunción de los dos puede brotar la auténtica felicidad y armonía personal".

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