RECUPERANDO EL SENTIDO DE LO BELLO
Basta con salir a dar una vuelta por la calle y observar las nuevas modas, no solamente en lo que se refiere a la vestimenta (sobre todo femenina) sino en lo referente al arte, la arquitectura, y en general, todos los ámbitos,y sin necesidad de mucha reflexión se advierte que lo feo es lo que predomina.
El Santo Padre Benedicto XVI, en la Audiencia General del 31 de Agosto pasado nos ha hablado sobre la belleza con su acostumbrada profundidad y sencillez. Dejo aquí sólo un fragmento con el fin de que nos ayude a recuperar el aprecio por las cosas bellas, y ante todo que se acreciente en nosotros el anhelo y la búsqueda de la Suma Belleza. (el texto completo se puede leer en www.vatican.va)
"Tal vez os ha sucedido alguna vez ante una escultura, un cuadro,
algunos versos de una poesía o un fragmento musical, experimentar
una profunda emoción, una sensación de alegría, es decir, de
percibir claramente que ante vosotros no había sólo materia, un
trozo de mármol o de bronce, una tela pintada, un conjunto de letras o
un cúmulo de sonidos, sino algo más grande, algo que «habla», capaz
de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el alma. Una
obra de arte es fruto de la capacidad creativa del ser humano, que
se cuestiona ante la realidad visible, busca descubrir su sentido
profundo y comunicarlo a través del lenguaje de las formas, de los
colores, de los sonidos. El arte es capaz de expresar y hacer
visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que se ve,
manifiesta la sed y la búsqueda de infinito. Más aún, es como una
puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que
van más allá de lo cotidiano. Una obra de arte puede abrir los ojos de
la mente y del corazón, impulsándonos hacia lo alto".
Quizá esta hermosísima música de Grieg sea un buen punto de partida para comenzar nuestra educación en la belleza.
Retomando el tema de la belleza, dejo aquí un pequeño texto extraído del libro "Nostalgia de Dios", de Pieter Van der Meer, donde nos habla de la Catedral de Notre Dame de Paris, cuando la visitó antes de convertirse.
"Lo que me llama singularmente la atención es que cada forma es la vestidura de un pensamiento. Comprendo la coherencia interior, el lazo entre la belleza visible y el mundo espiritual. El creyente, para quien cada forma es el símbolo de una realidad viviente, tiene que sentir una fuerte impresión ante una iglesia como ésta; en cuanto a mi, me siento conmovido hasta lo más hondo del ser, y pienso en la fe católica que tan poderosamente ha animado el arte gótico. Admiro al catolicismo, desearía conocerlo mejor"
"Lo que me llama singularmente la atención es que cada forma es la vestidura de un pensamiento. Comprendo la coherencia interior, el lazo entre la belleza visible y el mundo espiritual. El creyente, para quien cada forma es el símbolo de una realidad viviente, tiene que sentir una fuerte impresión ante una iglesia como ésta; en cuanto a mi, me siento conmovido hasta lo más hondo del ser, y pienso en la fe católica que tan poderosamente ha animado el arte gótico. Admiro al catolicismo, desearía conocerlo mejor"
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