¿Cómo podremos lograr conocernos a nosotros mismos?. Escuchemos lo que un gran filósofo polaco tiene para enseñarnos sobre el hombre.
Dice que la experiencia que el hombre tiene de sí mismo es la más compleja de todas las experiencias. Toda experiencia de algo exterior a él que tenga un hombre está siempre asociada a la experiencia del propio yo. El hombre permanece siempre en su propia compañía.
La experiencia del hombre está formada por la experiencia de sí mismo y de los demás hombres, pero estas, aunque diferentes, no son separables. Los demás hombres son para mí objeto de experiencia de una forma distinta a como yo lo soy para mí mismo. Pero si bien estas experiencias son diferentes, no son separables. ¿Por qué?, porque al mismo tiempo que tengo una experiencia del ego (yo) tengo la experiencia del ser humano.
“La experiencia del hombre que soy yo mismo” es una experiencia singular; no hay ninguna relación con otro ser humano que pueda suplantar la relación experiencial que el sujeto tiene consigo mismo.
¿Esto significa que debo encerrarme en mí mismo?
No, todo lo contrario. Porque la relación con otros me aporta muchas pistas para mi propio conocimiento que yo no podría adquirir contando solamente con la experiencia de mi propio yo.
Por esta razón es tan importante la experiencia de tantos hombres que a lo largo de la historia se han preguntado quiénes son y nos han dejado testimonios de su búsqueda; no para imitarlos “copiando”, sino tomando de ellos aquello que nos pueden guiar en el camino del descubrimiento de mí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario